Operativo mochila: ¿una solución para evitar el riesgo?
En fechas recientes se ha vuelto a abrir el debate de revisar las mochilas en los centros de estudio para que los menores no lleven armas, objetos prohibidos o sustancias ilegales.
De acuerdo a la ley de los derechos de las niñas y los niños es violatorio de sus derechos que cualquier persona ajena a la familia tenga contacto con la propiedad. Por lo mismo ninguna autoridad educativa (maestros o trabajadores) pueden revisar la mochila de un menor. Es responsabilidad de los padres que cada noche revisen lo que sus hijos llevan en su mochila (y de paso la tarea que hicieron).
En la realidad ¿qué es lo que sucede? Desafortunadamente muchos de los padres actuales consideran que es responsabilidad de la escuela la educación de sus hijos, cuando en realidad la única responsabilidad es la parte académica.
Obviamente en la escuela se dan otros factores psicosociales como son, la convivencia social, el trabajo en equipo, la solidaridad y sobre todo el aprender a convivir en sociedad. La escuela es el examen de lo que se aprende en casa, de ahí que un niño que es violento es porque quizá vive esa violencia en casa (como víctima o como observador), la honestidad, los valores, el respeto, etc.
Ahora es muy común ver a los padres que justifican a sus hijos ante las acciones cometidas en la escuela y peor aún que los defienden o ven a los maestros como los enemigos.
Ya ni se diga de lo que portan en sus mochilas, que va desde cosas que no tienen que ver con los útiles escolares (juguetes, tabletas, celulares, bromas) hasta objetos que pueden ser potencialmente peligrosos (armas, drogas ilegales).
Hagamos nuestra tarea, haciéndonos responsables de lo que ven y hacen nuestros hijos y analizar el porqué de algunas de sus conductas.
¿Qué hacer o cómo reaccionar si encontramos algo que no nos gusta? Recuerde que la confianza es algo muy frágil, por lo que le recomiendo tomar las cosas con calma, no gritar, no insultar y mucho menos golpear. Si es algo que ya se había hablado, entonces será necesario aplicar una sanción como consecuencia que previamente ya se había establecido. Si es la primera vez que sucede, tomarlo como un antecedente, hablarlo sin juzgar, explicar y dar la confianza en el hijo para conocer los motivos que lo llevó a tal conducta, y advertir que es lo que sucedería en caso de que lo volviera a hacer.
La tolerancia, el amor y el diálogo son importantes para construir ciudadanos de bien.
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Psic. Guillermo Rojas Ayón
Especialista en adicciones
Ced. Prof. 7237938
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