¿Qué es inteligencia emocional?
Cuando hablamos de inteligencia emocional, nos referimos a las habilidades y capacidades psicológicas que implican el sentimiento, entendimiento y control de las emociones propias y ajenas.
En este sentido, una persona que tiene inteligencia emocional, es aquella que logra regular sus emociones de forma satisfactoria, para así tener resultados positivos en sus relaciones con el entorno.
Lo cierto es que esta habilidad va mucho más allá de lo cognitivo. Se involucra en un nivel más profundo: el emocional. Las personas emocionalmente inteligentes tienden a ser más empáticas, resilientes y capaces de establecer relaciones sólidas. Asimismo, pueden controlar sus impulsos, resolver conflictos de forma constructiva y tomar decisiones más acertadas, pues consideran tanto los aspectos racionales como los emocionales.
Sin embargo, debemos resaltar que desarrollar la inteligencia emocional es un proceso complejo y continuo. Implica autoconocimiento, autocontrol y habilidades sociales. Hay diversas maneras de desarrollar nuestra inteligencia emocional: a través de la práctica del mindfulness, la empatía y la comunicación asertiva, podemos mejorar la capacidad para gestionar nuestras emociones y relacionarnos de manera más efectiva con los demás.
Vivimos en un mundo que cada día se vuelve más complejo y exigente. Por ello, la inteligencia emocional poco a poco se ha convertido en una herramienta indispensable para alcanzar el bienestar personal y profesional. Vale la pena desarrollar esta habilidad, ya que nos permitirá vivir una vida más plena y satisfactoria.
¿Cuáles son los tipos de inteligencia emocional?
De acuerdo con Howard Gardner, psicólogo de la Universidad de Harvard, se han caracterizado al menos 8 tipos de inteligencia emocional. Son los siguientes:
- Naturalista: Nos ayuda a distinguir y utilizar elementos del medio ambiente.
- Corporal cinestésica: Es la capacidad de unir cuerpo y mente para lograr el perfeccionamiento físico.
- Musical: Lograr que nuestra creatividad se vea estimulada por la música.
- Lógico-matemática: Facilidad para percibir la geometría o hacer cálculos.
- Espacial: Procesamiento de información en tres dimensiones.
- Lingüística: Expresar nuestros pensamientos a través de las palabras.
- Interpersonal: La capacidad de ser empáticos y de adaptarnos a nuestro entorno.
- Intrapersonal: Satisfacción de nuestras necesidades.
Ahora bien, según el psicólogo Daniel Goleman, la inteligencia emocional se basa en 4 componentes:
- Autoconciencia: Significa entender lo que sentimos y por qué lo sentimos. Reconocer cómo nuestro desempeño influye en la toma de decisiones y, en última instancia, en nuestra trayectoria profesional. De acuerdo con Goleman, no importa cuántas investigaciones hagas o cuántos estudios leas. Un líder emocionalmente inteligente confía en su intuición antes de tomar una decisión importante.
- Autocontrol: Es la capacidad de saber gestionarse a sí mismo y motivarse. Saber manejar el estrés, superar obstáculos y seguir nuestras metas.
- Conciencia social y empatía: Habilidad de manejar las relaciones con nuestro entorno, saber qué piensan los demás, intuir lo que sienten y demostrar interés. En este sentido, hay tres tipos de empatía: cognitiva, emocional y preocupación empática.
- Habilidades sociales: Saber conectar con las personas. Combinar la empatía con el autocontrol para saber cómo comportarse y cómo comunicarse.
¿Cómo influye la inteligencia emocional en el tratamiento de las adicciones?
La inteligencia emocional tiene un rol esencial en cuanto al tratamiento de adicciones. Esto se debe a que permite a los individuos reconocer, entender y gestionar sus emociones de forma efectiva.
Lo anterior es clave si queremos identificar cuáles son las emociones que pueden desencadenar comportamientos adictivos. Al hacerlo, podemos desarrollar estrategias saludables para manejar el estrés y la ansiedad sin recurrir a sustancias o comportamientos adictivos.
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Además, cabe mencionar que las emociones tienen un impacto significativo en las adicciones. Y es que, muchos individuos usan las sustancias o comportamientos adictivos como un mecanismo de defensa contra emociones que pueden resultar desagradables o estresantes, ya que las drogas brindan un “alivio rápido”. Sin embargo, a largo plazo pueden empeorar dichas emociones y causar otras consecuencias negativas en el individuo.
El desarrollo de inteligencia emocional durante el tratamiento de adicciones es primordial, porque sin la capacidad de gestionar estas emociones displacenteras de manera saludable, el ciclo de la adicción se perpetúa.
Si tienes un amigo o familiar que lucha contra las adicciones, no dudes en contactarnos. En Clínica SER, tenemos las herramientas necesarias para brindar un tratamiento personalizado que también se extiende a las familias.
¿Cómo podemos desarrollar la inteligencia emocional?
Como mencionamos antes, el desarrollo de la inteligencia emocional es un proceso continuo y complejo. Sin embargo, es posible. Si bien ya indicamos algunas formas para desarrollarla, podemos profundizar en algunos consejos para tener mejor inteligencia emocional:
Haz una autoevaluación
Es importante reconocer primero cómo se encuentra nuestra inteligencia emocional. Esto se puede hacer considerando los elementos de esta habilidad, además de considerar nuestras debilidades y fortalezas.
De igual modo, recomendamos un quiz de inteligencia emocional confiable, de la página Terapify. De todas maneras, es importante saber que ante estos casos, lo mejor es acudir a un profesional de la salud mental, quien sabrá decirnos qué tan fuerte es nuestra inteligencia emocional y en qué factores necesitamos más fortaleza.
Identificación de emociones
Para identificar nuestras emociones, podemos hacer algunas pausas a lo largo del día para observar y reconocer cómo nos estamos sintiendo. Hay que darle nombre a las emociones e intentar entender por qué surgen. Siguiendo esa línea, cuando sintamos esa emoción en específico, es necesario analizar la situación que la detonó y cómo nos gustaría responder al problema.
En situaciones de estrés, podemos sentir emociones específicas. Es por ello que identificarlas es esencial, para poder trabajar en ellas.
Reconoce los desencadenantes
Existen experiencias a las que somos más sensibles y pueden traernos emociones más fuertes. Parte del desarrollo de la inteligencia emocional implica aprender a reconocer a qué escenarios somos más vulnerables.
De este modo, podremos reconocer tanto esas emociones como las situaciones que las desencadenan, y saber cómo actuar en el momento. Esto se traduce en desarrollar estrategias de afrontamiento saludables.
Desarrolla estrategias para regular tus emociones
La regulación o gestión de nuestras propias emociones, es una parte importante de la inteligencia emocional. Es fácil abrumarse por lo que sentimos en un momento determinado, sin embargo, es necesario practicar la auto regulación.
Es detenerse un instante, reconocer lo que sentimos y buscar mejores formas de actuar. También entender que nuestras acciones tienen consecuencias, por lo que una reacción desproporcionada podría ser perjudicial no sólo para nosotros mismos, sino también para los demás.
Algunas estrategias para regular las emociones son:
- Meditación.
- Respiración.
- Movimiento.
Es clave practicarlas para continuar con el desarrollo de la inteligencia emocional.
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PSICÓLOGA IX-NAITZÉ QUINTERO VELÁZQUEZ
Cédula Profesional: 12132129
Especialista en Psicología Clínica
