El adicto y la negación
Hemos visto que la persona que está en consumo ha experimentado infinidad de eventos desagradables (accidentes, pérdidas, peleas, hospitalizaciones, problemas con la policía, internamientos involuntarios, etc.). Entonces, ¿cuántas veces nos preguntamos? ¿Por qué no entiende? ¿O es que acaso no entiende que se puede morir? Si es tan inteligente, ¿por qué sigue haciéndolo?
Entendiendo que la adicción es una enfermedad física y mental
La realidad es que cuando tratamos con una adicción, nos enfrentamos a una enfermedad física y mental. En este último aspecto, cuando la persona ya está en situación de adicción, ha perdido la razón de cierta manera. Esto lo explica el Dr. Lammoglia (2000): el adicto tiene una carencia neurológica que le impide poseer la capacidad natural para registrar experiencias emocionales, es decir, evocar el sufrimiento. Además, existe una perturbación en la vivencia del tiempo, lo que evita que las experiencias anteriores tengan repercusión en el pensamiento y dirección de la conducta.
¿Puede el adicto registrar las experiencias negativas?
Un adicto pasa por todo tipo de eventos desagradables. Lo cierto es que sí puede registrar las consecuencias negativas de esos eventos; los recuerda, pero no aprende, no entiende y no comprende las implicaciones.
Es como si fuera un niño incapaz de previsión en lo afectivo. Aunque tiene una inteligencia normal o brillante, comete los mismos errores sin parar, lo que lo lleva a sufrir. Después de un accidente, una resaca o un síndrome de abstinencia en el que se vio muy grave, el adicto vuelve a consumir. Lo hace pensando que esta vez será diferente y que podrá controlarlo. Esto se relaciona con una característica frecuente que observamos en las personas con adicción: el autoengaño.
Esto significa que, aunque recuerda sus infortunios (incluso muchas veces le causan gracia), no puede registrar dicha situación como algo grave o peligroso. Eventos que a muchos parecerían traumáticos, el adicto no dimensiona lo que implica dichos eventos.
La negación de la adicción
Parece común que cuando se le pregunta a la persona que parece tener una adicción si tiene un problema con el consumo, lo niegue. O incluso se molesta y se pone a la defensiva. Aunque parezca evidente para los demás, para la persona que tiene un consumo excesivo, es posible que no se den cuenta de la problemática y tienden a negarlo. Pero, ¿por qué ocurre esta tendencia?
Recordemos que, más allá de la enfermedad de la adicción, estamos hablando de personas que tienen cualidades tanto positivas como negativas, como todos los demás. Por lo tanto, es natural que ante circunstancias que causen cierta incomodidad, vergüenza o humillación, nos pongamos a la defensiva. Es similar a cualquier enfermedad; por ejemplo, en muchas ocasiones hemos postergado un chequeo médico, negado un dolor constante o evadido un síntoma evidente. Todo con la falsa lógica de que, si no lo vemos, entonces no existe. Lo mismo ocurre con la adicción.
¿Cómo abordar la adicción?
Tomando en cuenta esto, es entonces que desde una postura de empatía podemos preguntarnos: ¿cómo me gustaría que me abordaran a mí, si tuviera alguna enfermedad? Cuando nombramos empatía, queremos decir sin emitir juicios, atacando o exigiendo que la persona adicta se dé cuenta de que tiene un problema. Es entonces cuando quizá tengamos más probabilidades de conectar con la persona con un problema de adicción.
La negación es una condición humana
Lo anterior quiere explicar que la negación es una condición humana. Desde las personas, las instituciones y los gobiernos tienden a negar las circunstancias que, aunque parecen evidentes para los demás, para el sujeto en cuestión no lo son. Por ello, es poco probable que, ante la confrontación directa, las personas con adicción o sus familiares, lo acepten fácilmente. La recomendación es contar con una postura de empatía. Para conocer más sobre el tema, acércate a los especialistas de Clínica SER, quienes ofrecen pláticas para los familiares de personas con adicción.
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Características de la negación
La negación en la adicción tiene una serie de características que pueden darse tanto en el adicto como en su entorno cercano:
- Racionalización: el adicto puede llegar a plantear que la sustancia que consume es legal en tal o cual país. Incluso puede sugerir que hay estudios que recomiendan su consumo por ser beneficiosa para evitar alguna enfermedad.
- Minimización: cuando el adicto reconoce el hábito de consumo, comienza a minimizar el problema, lo señala como algo recreativo. Le resta importancia, argumentando que el consumo de drogas no le impide trabajar o cumplir con sus obligaciones familiares, entre otros aspectos de su vida. A su vez, podría justificar su adicción buscando aspectos positivos en ella.
- Proyección: culpa o atribuye a otras personas o situaciones la razón de su adicción. Busca responsabilidades en su entorno, lo que justifica su comportamiento.
- Hostilidad: cuando su entorno intenta hacerle ver su dependencia, el adicto se vuelve agresivo. En consecuencia, genera miedo en los demás para evitar recriminaciones con respecto a su adicción.
- Evitación: el adicto busca desviar la atención de su problema de forma constante, sobre todo cuando se intenta abordar el tema.
- Negación simple: niega la dependencia de la cual padece. Incluso puede llegar al punto de refutar hechos o situaciones que para los demás resultan evidentes.
¿Es posible la rehabilitación de la adicción desde la negación del paciente?
Es muy común ver que el adicto, cuando no reconoce su enfermedad, no se vea dispuesto a acudir a un centro de rehabilitación de adicciones o incluso a terapia. Sin embargo, como familiar o ser querido, sí hay algo que puedes hacer. En este caso, te recomendamos acudir a un terapeuta por tu cuenta. De esta manera, estarás abriendo el camino hacia la recuperación de tu familiar.
Lo que queremos decir es que, usualmente, los familiares son los primeros que deben abandonar el mecanismo de negación. Aunque sea difícil, deben admitir que su ser querido es adicto y, a su vez, empezar a exteriorizar sentimientos y emociones reprimidos. De esta manera, se podrán modificar las dinámicas dentro del hogar y mejorar la comunicación con el paciente. Estas acciones no solo contribuyen a la recuperación del adicto, sino que también disminuyen la codependencia que se genera entre este y sus familiares.
Un terapeuta o profesional especializado en adicciones te ayudará a marcar ese camino hacia la recuperación de tu familiar y, al mismo tiempo, colaborará para que este reconozca su propia enfermedad.
En Clínica SER, tenemos profesionales capacitados para ayudarte. No dudes en contactarnos. ¡Llama ahora y juntos construiremos un futuro libre de adicciones! Suscríbete a nuestro boletín de noticias y mantente informado de nuestras actualizaciones y servicios.
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Psico. Ángel David Herrera Pérez
Psicoterapeuta de Clínica Ser
Ced. Prof. 8680606
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