¿Cómo afecta la heroína al cerebro?

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¿Qué es la heroína?

enfermedades causadas por el consumo de heroina - Clínica-SER

Conocida como diacetilmorfina o diamorfina bajo su Denominación Común Internacional (DCI), la heroína es una droga analgésica procedente de la morfina, perteneciente al grupo de los opioides, cuyo origen es la planta adormidera o amapola real. Se trata de una de las sustancias más adictivas que existe.

Tras su ilegalización a nivel mundial, posterior a la reforma de la Convención Única sobre Estupefacientes en 1971, el cultivo y tráfico ilícito de dicha sustancia se distribuyó, mayoritariamente, entre Afganistán, Birmania, México y Colombia.

En la actualidad, debido a sus efectos eufóricos en el ser humano, la heroína está categorizada como una droga utilizada para fines lúdicos, y su administración se asocia a una alta dependencia física en poco tiempo, ya que se trata de una sustancia muy adictiva.

¿Cómo afecta la heroína al cerebro?

Al entrar al cerebro, la heroína se convierte de nuevo en morfina y se adhiere a moléculas en las células conocidas como receptores de opioides. Estos receptores se encuentran localizados en muchas áreas del cerebro (y del resto del cuerpo), especialmente en aquellas áreas que participan en la percepción del dolor y en la gratificación.

Los receptores de opioides también están localizados en el tallo cerebral, el cual controla procesos automáticos esenciales para la vida como la presión arterial, la excitación y la respiración. Con frecuencia, la sobredosis de heroína implica la supresión de la respiración, ocasionando, en el peor de los casos, la muerte.

Después de una inyección endovenosa de heroína, el usuario reporta sentir una oleada de euforia («subidón») acompañada de síntomas tan variados como sequedad en la boca, enrojecimiento caliente de la piel, pesadez en las extremidades, disminución del tamaño de las pupilas y confusión mental.

El consumo regular de heroína modifica el funcionamiento de nuestro cerebro, generando, en primer lugar, tolerancia a la droga; requiriendo una mayor cantidad de la misma para sentir el efecto deseado. Otro resultado es la dependencia, caracterizada por la necesidad de continuar con el consumo heroína, evitando experimentar el conocido síndrome de abstinencia, el cual suele ser intenso y desagradable.

Por ello, si crees que un ser querido está mostrando los primeros signos de adicción a la heroína, es importante que busques ayuda profesional lo antes posible. De un diagnóstico y tratamiento adecuados, dependerá, en gran medida, su recuperación.

En Clínica SER, uno de los más reconocidos centros de rehabilitación de drogas, reunimos un equipo médico multidisciplinario, especializado en adicciones como la heroína. Ofrecemos atención personalizada y tratamientos diseñados a la medida de cada paciente.

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    ¿Cuáles son los efectos de la heroína en el sistema nervioso?

    Para describir los efectos clínicos de la heroína, en nuestro sistema nervioso, debemos separarlos en dos categorías:

    Sistema nervioso central

    La diacetilmorfina genera efectos sedantes e hipnóticos en el organismo, los cuales se acompañan de una sensación de bloqueo del dolor físico, además de producir trastornos del sueño y breves episodios de excitación e hiperactividad.

    Sistema nervioso periférico

    Sobre el sistema nervioso periférico, los efectos son aún más pronunciados. La administración de heroína, en dosis pequeñas, puede promover sensaciones de náuseas y generar vómitos.

    Además, aumenta la reactividad bronquial, el funcionamiento de los principales esfínteres (urinario, de Oddi y Lyutkensa) y puede ocasionar espasmos ureterales, volviendo difícil y dolorosa la micción.

    ¿Qué otras consecuencias tiene la heroína para la salud?

    El abuso de la heroína está asociado con varias consecuencias graves para la salud de quienes la consumen, incluyendo sobredosis mortal, aborto espontáneo y enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA y la hepatitis.

    El consumo crónico, por otra parte, puede llevar a la oclusión de las venas, infección del endocardio y de las válvulas del corazón, abscesos, estreñimiento, cólicos gastrointestinales y enfermedades del hígado y de los riñones.

    A su vez, se pueden presentar diversas complicaciones pulmonares, incluyendo varios tipos de neumonía, bronquitis o tuberculosis, como resultado del mal estado de salud del afectado, así como de los efectos depresores de la heroína sobre la respiración.

    No es menos importante mencionar que, además de sus efectos negativos per se, la heroína que se comercializa en el mercado callejero, a menudo, está mezclada con aditivos y/o contaminantes tóxicos que pueden obstruir los vasos sanguíneos que se comunican con nuestros pulmones, hígado, riñones y cerebro, causando daños permanentes a estos órganos vitales.

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