El apego y cómo modifica mi conducta | 4 Vínculos
El apego
¿Qué es el apego? Es un vínculo afectivo que se establece entre el cuidador principal y el recién nacido. La función de la persona a cargo del bebé es asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad.
El establecimiento del apego desde la infancia más temprana se relaciona principalmente con dos sistemas: el sistema exploratorio, el cual permite al bebé contactar con el ambiente físico a través de los sentidos; y el sistema afiliativo, mediante el cual los bebés contactan con otras personas.
¿Es malo el apego? El apego es el encargado de proporcionar seguridad en situaciones de amenaza. El apego seguro permite al pequeño explorar, conocer el mundo y relacionarse con otros; bajo la tranquilidad de sentir que la persona con quien se ha vinculado va a estar allí para protegerlo. Cuando esto no ocurre, los miedos e inseguridades influyen en el modo de interpretar el mundo y de relacionarse.
Tipos de apegos
¿Cuáles son los tipos de apego? Existen cuatro tipos de apego que mantiene una conducta específica en la infancia y en la vida adulta, a continuación se describen dichas características:
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Apego seguro
Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. De acuerdo con Bowlby, este tipo de apego depende en gran medida de la constancia del cuidador en proporcionar cuidados y seguridad.
Los niños con apego seguro manifiestan comportamientos activos, interactúan de manera confiada con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.
No les supone un esfuerzo unirse íntimamente a las personas y no les provoca miedo el abandono. Es decir, pueden llevar a una vida adulta independiente, sin prescindir de sus relaciones interpersonales y los vínculos afectivos.
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Apego ansioso y ambivalente
El niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y otras veces no están, lo constante en los cuidadores es la inconsistencia en las conductas de cuidado y seguridad.
Las emociones más frecuentes en este tipo de apego, son el miedo y la angustia exacerbada ante las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve.
De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que su pareja no les ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Un ejemplo de este tipo de apego en los adultos es la dependencia emocional y puede llegar incluso al consumo de drogas.
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Apego evitativo
Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento.
Lo constante han sido conductas de sus cuidadores que no han generado suficiente seguridad, el menor desarrolla una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la distancia emocional.
En la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo, de la intimidad con otros y de dificultades de relación. Por ejemplo, las parejas de estas personas echan en falta más intimidad en la interacción.
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Apego desorganizado
Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras. Se trata del extremo contrario al apego seguro. Casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente miedo hacia esta.
Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la expresión de las emociones positivas.
Vínculo patológico
De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo. En otros casos, este tipo de apego en adultos puede encontrarse en el fondo de las relaciones conflictivas constantes, estamos hablando del vínculo patológico con algo o alguien y que es necesaria la atención de especialistas.
El apego no es inmutable en todas las personas a medida que el desarrollo progresa. El apego se desarrolla en nuestro núcleo de socialización, es decir, la familia. Las familias inestables o desestructuradas acaban reproduciendo en sus hijos un apego inestable en las que las figuras de autoridad, y cuidado, no están disponibles.
En Clínica SER la AYUDA está LISTA.
Mtra. Miriam Samour Nieva
Maestría en Psicología Clínica
Ced. Prof. 11729330
Terapeuta de Clínica SER
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