Las adicciones y el bebé eterno: ¿Cuál es su conexión?

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En muchas ocasiones, una persona adicta a sustancias psicoactivas suele mostrar signos de inmadurez emocional, y esto, en resumidas cuentas, no hace más que poner obstáculos en su camino hacia la sobriedad.

En este sentido, es importante preguntarnos: ¿Qué entendemos por inmadurez emocional?. He aquí una explicación sobre este singular fenómeno, también conocido como «síndrome del niño eterno», «síndrome de Peter Pan» o simplemente «bebé eterno».

¿Qué es la inmadurez emocional?

La inmadurez emocional refiere a un fenómeno definido por la falta de madurez de una persona adulta, la cual se manifiesta no solo en términos emocionales, sino, también, a nivel conductual y psicológico.

Este comportamiento puede causar estragos en las diferentes áreas de la vida del individuo (profesional, afectiva, económica, intelectual, etc.), comprometiendo su desarrollo como ser humano durante la edad adulta.

Características de un «bebé eterno»

Las personas con este síndrome pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Gran necesidad de aceptación: Requieren de la constante aprobación de su círculo más cercano, sin importar si esto implica renunciar a su identidad propia.
  • Cambios bruscos en el estado de ánimo: Experimentan cambios de humor de manera inesperada y frecuente, así como rabietas injustificadas y una baja tolerancia a la frustración y a la crítica.
  • Miedo a asumir compromisos y responsabilidades: Les cuesta asumir compromisos de índole laboral y afectivo, no pueden responsabilizarse por sus propios actos y se les dificulta seguir reglas sociales.
  • Escaso o nulo conocimiento de su persona: No conocen elementos tan importantes en la personalidad individual como lo son las virtudes, los defectos, las limitaciones; y esto dificulta su desarrollo personal.
  • Poca fuerza de voluntad: Esta característica les dificulta perseguir objetivos, establecer prioridades y poner límites cuando sea necesario.  
  • Desfase entre la edad cronológica y la edad mental: Refiere a la dificultad para discernir entre la brecha existente entre su edad cronológica actual y su edad mental. Esta última indica el nivel de maduración de cada persona con respecto a un grupo poblacional con la misma edad cronológica.
  • Dificultad para expresar sentimientos: Les cuesta expresar lo que sienten hacia sus seres queridos, y suelen ser personas solitarias.
  • Ausencia de un proyecto de vida: A diferencia de una persona adulta promedio, los llamados «bebés eternos» no tienen proyectos ni metas hacia las cuales orientar sus esfuerzos. 
  • Manifiestan actitudes impulsivas: Realizan actos impulsivos con frecuencia, sin medir las consecuencias, y suelen culpar a terceros de sus propios errores.

El impacto de las adicciones en el desarrollo del «bebé eterno»

Cuando una sustancia psicoactiva interviene en nuestra conducta, sucede un extraño fenómeno: nuestra «parte madura» se debilita y nuestra «parte infantil» se fortalece. De ahí esta creencia popular de que este trastorno puede ser una consecuencia del padecimiento de una adicción.

Por ello, las personas que consumen sustancias de cualquier índole, a medida que pasa el tiempo y el grado de intoxicación aumenta, empiezan a experimentar comportamientos cada vez más parecidos a los de un niño.

Lo anterior, dificulta que puedan valerse por sí mismos, impidiendo el desarrollo de relaciones afectivas y laborales duraderas. Y así, terminan convirtiéndose en una «carga» para su grupo familiar más cercano.

De manera que, si no se trata a tiempo, este trastorno puede conducir al adicto a entrar en una especie de «zona de confort» de la que le será muy difícil salir sin la ayuda médica profesional que ofrecen los centros de rehabilitación.

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    ¿Cómo lidiar con un familiar con este trastorno?

    Una vez has determinado que tu ser querido reúne las características propias de un «bebé eterno», puedes poner en práctica los siguientes consejos para contribuir a la solución de esta problemática:

    • Ayúdale a diseñar un proyecto de vida, estableciendo metas realistas y medibles a corto, mediano y largo plazo.
    • Platícale acerca de la importancia de tomar responsabilidad de sus propios actos.
    • Enséñale habilidades relacionadas con la resolución de problemas.
    • Proporciónale herramientas psicológicas para fortalecer su autoestima.
    • Motívale a expresar sus preocupaciones con un lenguaje asertivo 
    • Pide ayuda profesional, si lo consideras necesario.

    En Clínica SER, ofrecemos tratamientos integrales, personalizados y con acompañamiento familiar en todo momento. Reunimos el talento humano de un equipo médico profesional y multidisciplinario, comprometido con la recuperación del paciente desde el día uno.

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    Psicól. Jehú Rosales Gómez

    Psicoterapeuta en Clínica SER

    Cédula Profesional 6041334


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