Las creencias fundamentales del sistema de pensamiento adictivo: Parte II. Continuando con las creencias donde la mente adictiva se encuentra amargamente atrincherada en este sistema que nos deja privados de amor o de serenidad, encontramos las siguientes:
¿Cuáles son las creencias fundamentales del sistema de pensamiento adictivo?
Creencia adictiva n. 3: «El ataque y la defensa son mi única seguridad» menciona en su libro Jampolsk (1996). Partiendo de esto, el ciclo de ataque y de defensa es el circulo vicioso con el que, se mantiene el sistema de pensamiento adictivo si estamos convencidos de hallarnos a solas, en un mundo donde no hay suficiente de nada, tiene sentido defendernos, creer en el ataque y la defensa es una forma de crear seguridad, es como arrojar un boomerang y pensar que no regresara a nosotros, cada vez que atacamos a otro aumenta la sensación de hallarse en peligro y se necesita de defensa.
Creencia adictiva n. 4: El pasado y el futuro son reales y necesitan ser constantemente evaluados, lo que genera preocupación, con esto en mente; toda adicción tiene dos componentes: pasado y futuro. El sistema del pensamiento adictivo se preocupa de igual forma por todas las oportunidades, por el contrario, el ego se preocupa por las alternativas y crea así una situación en la que no existe un futuro seguro, si no que existe culpabilidad por el comportamiento pasado, y preocupa que aquello a lo que se es adicto.
El comportamiento adictivo tiende a formar una bola de nieve, que empieza a moverse con lentitud y que con el transcurso del tiempo se convierte en algo imparable que no permite vivir si no es con la sustancia, por esto, la posesión o persona a medida que la bola de nieve aumenta de tamaño parece tener una mentalidad propia y se pierde el control.
Creencia adictiva n. 5: El temor es real, no lo cuestiones. El sistema de pensamiento adictivo se sostiene así mismo con esta creencia, mientras no cuestiones el temor, el ego permanece intacto. Continuando, este mismo crea el estado de temor en las personas, e impide cuestionar el fundamento ilusorio sobre el que se yergue, por lo que, para sanar la mente adictiva se tiene que tomar en cuenta lo siguiente: Cuestiona el temor.
Durante la practica en la atención se ha observado que muchas de las ansiedades surgen de los temores. Irónicamente el temor aumenta con frecuencia cuando empezamos a buscarlo, ya que existe la sensación común de que si la puerta permanece abierta a los sótanos ocultos, del temor crecerá el agobio.
A pesar que es posible que el temor aumente al principio, se cuestiona el sistema de pensamientos adictivos, el cual nos lleva a reconocer los fundamentos inestables, de hecho, al examinar los temores, es probable se experimente alivio, dado que al hablar de los miedos oscuros y ocultos se tiende a arrojar luz y reconocimiento acerca de quien se es realmente.
En comparación con la desesperación subyacente que surge de mantener las cosas cerradas con llave y ocultas, afrontar los temores es un cambio satisfactorio. Ocultar los temores no hace más que hacerlos crecer. Debido a que entonces empiezan a alimentarse por sí mismos. Es por ello que para el proceso de recuperación en un centro de adicciones es importante la aceptación que permite enfrentar aquello que ha sido pospuesto.
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