Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, ¿no es cierto? Es por eso que con frecuencia se escucha la frase: “No quiero que mis hijos sufran como yo”. Se trata de un deseo totalmente natural y comprensible, pues queremos ahorrarles a nuestros hijos las situaciones negativas que nosotros tuvimos que atravesar.
Sin embargo, muchas veces este deseo se convierte en sobreprotección. Como consecuencia, creamos una generación que no sabe cómo enfrentar los desafíos de la vida. Criamos adultos frágiles y dependientes.
Es como si les estuviéramos enseñando a vivir en una burbuja, donde todo es «perfecto» y nada malo les puede pasar. No obstante, crecerán y se darán cuenta que la vida real es diferente: llena de altibajos, momentos felices y también momentos difíciles que tendrán que atravesar por sí solos. ¿Qué podemos hacer entonces?
Educar. Una buena crianza es esencial para que nuestros niños se conviertan en adultos felices y saludables. Enseñarles resiliencia, resolución de problemas y a enfrentar sus miedos.
Si criamos a nuestros hijos en una burbuja, como antes hemos mencionado, cuando sean adultos tendrán menor tolerancia a la frustración o al fracaso y menor capacidad de regular sus emociones. Esto muchas veces se traduce en que busquen refugio en sustancias psicoactivas. Por ello, hoy queremos hablar de lo vital que es una buena crianza en el desarrollo de una persona, para evitar adicciones en el futuro.
¿Cómo proteger a tus hijos contra las drogas?
Primero, hay que desistir de la idea que hoy ha dado pie a nuestro tema: “No quiero que mis hijos sufran lo que yo sufrí”. Si bien es válido que, como padres, queramos evitarles dolor a nuestros hijos, la verdad es que eso no es posible ni sano. Debemos permitir a nuestros hijos experimentar todas las emociones. De otro modo, no sabrán cómo afrontar aquellas que son menos placenteras en el futuro.
Lo mejor es procurar cultivar en ellos valores como la honestidad, la responsabilidad, la paciencia, el respeto y la solidaridad. La convivencia y el aprendizaje vivencial son la base para formar niños íntegros y con ética. Otras recomendaciones para evitar que sean adictos, son las siguientes:
- Empezar por poner el ejemplo.
- Conocer a sus amistades.
- Escucharlos en cada etapa de su vida.
- Fortalecer su autoestima.
- Incentivarlos a practicar actividades sanas y deportivas.
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¿Es bueno que tu hijo sufra?
No, no es bueno, pero sirve para que construya un carácter sólido. Lo bueno sería que tu hijo aprenda a manejar y superar la frustración, pero, sobre todo, que sepa que hay cosas que no dependen de él (ni de sus padres). Por lo tanto, necesita aceptar la realidad tal y como es. Como padres, debemos analizar cuáles son las necesidades que tratamos de resolver al proyectarlas en nuestros hijos.
Recuerda que no porque algo esté normalizado significa que sea adecuado. No puedes evitar que tus hijos padezcan de sufrimiento, pero sí puedes darles las herramientas adecuadas para afrontar las circunstancias de la vida.
¿Cómo tratar a un hijo que está consumiendo drogas?
Tratar con un adicto siempre es una tarea que implica dificultades. Sin embargo, cuando se trata de un ser querido, como lo es un hijo, tales complicaciones son aún mayores. Por ello, te recomendamos los siguientes consejos para tratar con tu hijo adicto de la manera más asertiva posible:
- Sé comprensivo.
- Mantén una comunicación abierta con él o ella.
- Establece límites claros.
- Fomenta actividades positivas.
Pero, el consejo más acertado es que si atraviesas una situación en la que no sabes cómo acercarte a tu hijo adicto, lo mejor es que busques ayuda profesional en clínicas de adicciones. En Clínica SER, tenemos todas las herramientas necesarias para ayudarte y encontrar la solución adecuada para la recuperación de tu hijo.
¿Por qué las drogas y las relaciones tóxicas van de la mano?
Uno de los motivos que lleva a las personas al consumo de drogas u otras sustancias adictivas son las relaciones destructivas o tóxicas. Cuando no están preparados para lidiar con este tipo de conflictos, muchos pueden refugiarse en sustancias que los hagan sentir «bien» ante el caótico malestar que están viviendo.
Además, la adicción puede deberse a varios factores psicológicos derivados de vínculos dañinos. Por ejemplo, la automedicación como escape de la realidad, ambientes tóxicos y ciclos de comportamiento autodestructivos.
En conclusión, si realmente quieres que tu hijo no sufra lo que tú sufriste, edúcalo con responsabilidad, enséñale valores y dale las herramientas para superar los problemas de la vida. Tu hijo, como adulto, agradecerá que le hayas dado lo que es necesario para vivir, lo que se refleja en una vida plena y responsable.
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