Lo que NO se debe hacer al salir de la recuperación: consejos para apoyar a un ser querido
Cuando un ser querido sale de rehabilitación, es fundamental que evitemos ciertas acciones que podrían entorpecer su proceso de recuperación. A menudo, sin darnos cuenta, intentamos ayudar basándonos en nuestras propias experiencias. Sin embargo, a menos que hayamos experimentado la enfermedad de la adicción (incluido el alcoholismo) de primera mano, puede resultar difícil comprender los procesos mentales que llevan al consumo o a una recaída.
Desafortunadamente, la familia a veces se convierte en el detonante del consumo de alguien que acaba de salir de rehabilitación. Por eso, aquí te presento algunas recomendaciones de lo que NO debes hacer para brindar un apoyo adecuado:
- No culpes a tu ser querido: Aunque hayan ocurrido situaciones difíciles, es importante comprender que esta enfermedad es devastadora y puede llevar años reconstruir relaciones o reparar daños y heridas pasadas.
- Infórmate sobre la adicción: La ignorancia puede ser el caldo de cultivo para que la adicción crezca. Los actos ignorantes, aunque bien intencionados de parte de la familia pueden dificultar la recuperación. Por ello, recuerda que el hecho de haberse rehabilitado no significa que la persona esté completamente curada. Pueden surgir cambios de humor, sueños relacionados con el consumo, pensamientos obsesivos y deseos de auto-sabotaje. La familia necesita estar preparada y consciente de que estos desafíos pueden ocurrir.
- No cedas ante chantajes y manipulaciones: Si tu ser querido en recuperación se da cuenta de que estás cediendo a sus demandas, inconscientemente comenzarán a regresar los viejos hábitos.
- Trátalo como un adulto responsable: Bríndale ayuda, pero no resuelvas todos sus problemas. Si lo tratas con compasión excesiva y dudas de su capacidad para enfrentar los desafíos, solo generarás intolerancia en él y, paradójicamente, podrías acercarlo a una recaída. Aprende a establecer límites saludables.
- Aprende a disfrutar de ti mismo: Durante años, es posible que hayas estado más preocupado por la vida de tu familiar. Ahora es el momento de cuidar de ti mismo y comprender que tu propia felicidad no depende de tu relación con otras personas, sino de tu relación contigo mismo y con tu propio bienestar.
- Busca ayuda: Considera asistir a terapia, buscar un coach de vida o unirte a grupos de apoyo como Al-Anon (para familiares de alcohólicos), CoDA (Codependientes Anónimos), NA (Neuróticos Anónimos), Familias Anónimas, NarcoNon (para familiares de adictos) o involucrarte en actividades de tu comunidad religiosa (si practicas alguna religión). Existen numerosos recursos disponibles para ti. Recuerda que tú eres tu propia prioridad.
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Asimismo, para lograr un cambio duradero en tu ser querido, también debes estar dispuesto a cambiar tú mismo. Si tu familiar no cambia pero tú sí, podría llevarlo a un punto de sufrimiento que le haga desear un verdadero cambio de pensamientos y actitudes para superar la adicción.
¿Qué daños emocionales pueden causar las adicciones?
Un camino difícil de transitar juntos
Cuando un familiar o amigo cercano se enfrenta a una adicción, no solo es una lucha para ellos, sino también para aquellos que los rodean. Las adicciones no solo afectan el cuerpo y la mente de quienes las padecen, sino que también pueden causar un gran impacto emocional en sus seres queridos.
- La confusión y la preocupación: Una de las primeras emociones que puede surgir es la confusión. Nos preguntamos cómo ha llegado nuestro ser querido a esta situación, si pudimos haberlo evitado o si podríamos haber hecho algo más para ayudar. Como resultado, nos sentimos culpables.
- La decepción y la frustración: Ver a alguien que amamos luchar contra una adicción puede provocar sentimientos de decepción y frustración. Nos preguntamos por qué no pueden superarlo, o por qué siguen cayendo en la trampa de las sustancias.
- La tristeza y la angustia: La adicción puede causar un dolor profundo dentro de nosotros. Nos entristece ver a nuestro ser querido sufrir y nos angustia no poder hacer más por ellos. La tristeza puede convertirse en una constante en nuestras vidas, y la angustia puede llevarnos a un estado de preocupación recurrente y ansiedad.
- La culpa y la vergüenza: En ocasiones y como mencionamos anteriormente, podemos sentirnos culpables por la adicción de nuestro ser querido. Nos preguntamos si hicimos algo mal, si podríamos haberlo prevenido o si hay algo más que podríamos hacer ahora. Además, también podemos sentir vergüenza en relación a la adicción, ya que a menudo existe un estigma social asociado a este problema.
Es importante recordar que estos sentimientos son normales y que no estamos solos. Muchas personas enfrentan estos mismos desafíos cuando tienen un ser querido adicto. Buscar apoyo y comprensión en grupos de ayuda o en terapia puede ser muy beneficioso para manejar estas emociones y encontrar formas saludables de enfrentar la situación.
Aunque no podemos controlar las decisiones de los demás, sí podemos cuidar de nosotros mismos y buscar ayuda cuando la necesitamos. No te olvides de cuidar de tu bienestar emocional y de rodearte de personas que te apoyen en este difícil camino.
¡Ánimo! Juntos podemos enfrentar los desafíos emocionales que las adicciones nos presentan y encontrar la fuerza para seguir adelante.
¿Cómo reparar daños emocionales? Un camino de sanación juntos
Vamos a seguir hablando sobre las adicciones, pero esta vez nos enfocaremos en cómo podemos reparar los daños emocionales que estas pueden causar en nuestros seres queridos.
- Comunicación abierta y honesta: El primer paso para reparar los daños emocionales es establecer una comunicación abierta y honesta con nuestro ser querido. Es importante expresar nuestras preocupaciones, emociones y expectativas de manera clara y respetuosa. Alentemos a nuestro ser querido a hacer lo mismo, para que juntos podamos entender mejor las experiencias y necesidades de cada uno.
- Educación y comprensión: Informarnos sobre la adicción en general y la sustancia específica a la que nuestro ser querido está enganchado nos ayudará a comprender mejor su situación. Esto, a su vez, nos permitirá ser más empáticos y menos críticos. Recordemos que la adicción es una enfermedad compleja y que nuestro apoyo y comprensión son fundamentales en el proceso de recuperación.
- Establecer límites saludables: A veces, para protegernos emocionalmente, es necesario establecer límites saludables. Esto implica aprender a decir «no» cuando sea necesario y establecer límites claros en relación a lo que estamos dispuestos a tolerar y lo que no.
- Buscar apoyo profesional: No debemos subestimar el poder del apoyo profesional en la reparación de los daños emocionales. Tanto para nosotros como para nuestro ser querido, la terapia individual o familiar puede ser una herramienta invaluable. Un terapeuta nos brindará el espacio seguro para expresar nuestras emociones, aprender habilidades de afrontamiento y fortalecer nuestras relaciones.
- Tiempo y paciencia: La sanación emocional lleva tiempo y paciencia. No esperemos que todo se resuelva de la noche a la mañana. Es importante recordar que cada persona tiene su propio ritmo de recuperación. A medida que trabajamos en la reparación de los daños emocionales, seamos compasivos y demos tiempo a nuestro ser querido y a nosotros mismos para sanar y crecer juntos.
Enfrentar los daños emocionales causados por las adicciones puede ser un desafío, pero no estamos solos. Con amor, apoyo y la voluntad de sanar, podemos superar estos obstáculos y construir relaciones más fuertes y saludables.
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¿Cómo el alcoholismo afecta a la familia?
El consumo excesivo de alcohol no solo afecta a la persona que lo consume, sino que también puede tener graves consecuencias para la dinámica familiar.
- La comunicación se ve afectada: El alcoholismo puede dificultar la comunicación dentro de la familia. Las conversaciones pueden volverse tensas, llenas de frustración e incluso de agresividad. Además, el consumo excesivo de alcohol puede hacer que la persona afectada se aísle emocionalmente de sus seres queridos, lo que dificulta aún más la comunicación efectiva.
- La confianza se resquebraja: El alcoholismo puede minar la confianza entre los miembros de la familia. Promesas rotas, mentiras y comportamientos impredecibles pueden generar un ambiente de desconfianza constante.
- El estrés y la ansiedad se incrementan: Convivir con una persona adicta al alcohol puede generar un alto nivel de estrés y ansiedad en los familiares. La preocupación constante por el bienestar de su ser querido, los problemas financieros derivados del consumo excesivo de alcohol y la incertidumbre sobre lo que depara el futuro pueden afectar negativamente la salud mental de la familia.
- El rol de los hijos se ve afectado: Cuando hay hijos en la familia, el alcoholismo puede tener un impacto especialmente duro. Los niños pueden experimentar sentimientos de confusión, vergüenza y culpa.
- La dinámica familiar cambia: El alcoholismo tiene el poder de alterar por completo la dinámica familiar. Las rutinas familiares se ven interrumpidas, la estabilidad se ve comprometida y los momentos de alegría y conexión se vuelven escasos.
Es importante recordar que el alcoholismo es una enfermedad y que no es culpa de los familiares. Sin embargo, es importante buscar ayuda y apoyo para hacerle frente. La terapia familiar, los grupos de apoyo y la educación sobre el alcoholismo son herramientas valiosas para sanar y reconstruir la dinámica familiar.
En nuestra clínica de adicciones, ofrecemos charlas psicoeducativas dos veces por semana para las familias de nuestros pacientes. Estas charlas pueden proporcionarte información y apoyo adicional durante este proceso.
Siempre recuerda que el amor, el apoyo y el conocimiento son fundamentales para ayudar a tu ser querido en su camino hacia la recuperación.
¿Quieres aprender a comunicarte de manera efectiva con tu ser querido adicto? En Clínica Ser, te ofrecemos herramientas de comunicación y terapias familiares para mejorar la calidad de tus relaciones. ¡Contáctanos y descubre cómo fortalecer los lazos familiares! Suscríbete a nuestro boletín de noticias y mantente informado de nuestras actualizaciones y servicios.
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Psic. Guillermo Rojas Ayón
Especialista en adicciones
Ced. Prof. 7237938
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